
Yo creo que la mayoría de los asturianos tenemos claro que nuestra Gaita Asturiana es el instrumento propio que más nos representa, pero hubo una época cuando la Gaita no era digna.
Cuando hablé del libro «Método de Gaita Dayures«, repasando los objetivos que se habían planteado los maestros que elaboraron ese libro voy a destacar estos dos: recuperación y dignificación de la Gaita Asturiana.
Estas dos metas no fueron seleccionadas al azar, vinieron trabajadas tras pasar unos años, sobre todo entre los 60 y 70 del siglo XX, en las que nuestros gaiteros no siempre fueron bien recibidos. Vamos hablar hoy de ello, cuando la gaita no fue tan bien vista en su propia casa.
RESUMEN
La Profesión del Gaitero
La Gaita, como uno de los instrumentos más antiguos, que existen ha pasado por multitud de épocas. Mil veces reinventada por los pueblos que la acogieron en su cultura, siempre ha estado ligada al entorno rural y a la cultura de tradición oral. Animadora de bailes cuando no existía electricidad tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos para continuar con su larga trayectoria.
Ser gaitero significa pertenecer a una de las profesiones más antiguas que han llegado hasta nuestros días, y en Asturias, tiene un oficio claro que seguimos utilizando a día de hoy. Animar las fiestas de los pueblos desde la Alborada, acompañar la procesión de los ramos, tocar un entemedio de misa o tocar un par de canciones en la barra del bar. Todo esto pertenece al día a día del oficio de gaitero, entre otras tareas.
La Música en las Romerías
Las romerías, como las conocemos hoy, existen en Asturias desde al menos el siglo XVI y tenemos registro de acompañamiento musical en una romería, concretamente en el concejo de Santo Adriano. En el libro «Las Ofrendas de Ramos en Asturias» aparece citada la romería de San Romano del 11 de Agosto de 1522, donde podemos leer en la inscripción:
«E como todas é las mas de las cabalgadas llegan el vispora armase gran dança rodiando la ilefia angunas veces é fayfe grant foguera con lleña é cada cual tray canciones apresas á onor é gloria del santo é las cantas al compas de la dança é se pasa la noiche muy en vela é enel diya de la fiefta é despues de almorçar na praderia segunt que lo gan de coftumbre é ufo celebrafe la mifa solene con la asistencia de clerigos é de flaires de Tuñon é a veces de Teberga que dan una platica é con grant solenidat é acompañamiento de una trompeta é una caxa (tambor)»

Romería del Cébrano (Teverga) – Gaitero Juan Rodriguez Huerta (años 70)
Imagen Social del Gaitero
Repasando el Libro del Cancionero de la Gaita (Museo del Pueblo de Asturias), resume que las funciones del oficio de gaitero fueron las mismas desde el siglo XVI hasta el XIX. En este último siglo aparecen una serie de cambios que afectaron a los gaiteros: la industrialización, emigración del medio rural a las ciudades, mejoras en las vías de comunicación, nuevas corrientes musicales, …etc
Si se habla desde un punto de vista de apreciación social dentro de Asturias se tiene una imagen de orgullo patrio la de ver una pareja de Gaita y Tambor, sobre todo, si nos pilla fuera de la región y sentimos «señardá» de nuestra tierra. Un buen ejemplo de esta imagen la podemos encontrar en los carteles de la sidra «El Gaitero» que llevan usando como imagen de marca desde finales del siglo XIX.

Cartel de Sidra el Gaitero (1906)
La Gaita está ligada a los pueblos y a su vida, es por eso, que la emigración de los pueblos hacia las ciudades provocó una buena pérdida de gaiteros, sobre todo por la visión cosmopolita que tenían las ciudades y los nuevos servicios y tecnologías que ya disponían en la urbe y aún no tenían la gente de pueblo.
Tengo muy presente las historia que me contaba mi abuelo, natural de Teverga, cuando en los años 60 cogía la línea (autobús) para hacer algún recado en Oviedo, 45 kilómetros de distancia que duraban en torno a las 2 horas por aquel entonces. Cuando llegaba a la capital asturiana nunca le faltaba el típico hombre de ciudad que se reía de su acento, ropas y costumbres pueblerinas.
Luchando contra el Olvido
Empecé a tocar la Gaita Asturiana en medio del llamado «boom de la gaita», pero siempre escuché las historias de lo cerca que estuvo de desaparecer la Gaita Asturiana en el pasado, que estaba en una época con suerte.
Pasados los años me planteé revisar esas afirmaciones y vemos que desde hace mucho tiempo vivimos un poco esa sensación de que la Gaita pertenece al pasado. Del mismo Libro de la Gaita del Museo del Pueblo de Asturias podemos exponer una descripción del 27 de Diciembre de 1886 en Somió (Gijón):
«Allí se bailó, se merendó y se paseó al estilo moderno;… al compás del organillo… Ya van cayendo en desuso la gaita, la vihuela, las giraldillas,….»
Como vemos esa modernidad va comiéndose a la tradición, los nuevos tiempos contra lo viejo. Una batalla eterna desde que el hombre es hombre.
Cuando la Gaita no era Digna
Si avanzamos un poco más en el tiempo, después de la Guerra Civil Española (1936-1939) se instaura la Dictadura Franquista (1939-1975) un periodo donde, desde la política, se trata de controlar toda la sociedad, incluso la cultura popular. Esta actitud la podemos ver reflejada en este artículo del Martes 15 de Febrero 1938 en La Nueva España:

Artículo del Martes 15 de Febrero 1938 en La Nueva España
«El domingo ha estado de fiesta el pueblo de Teverga, pero de una de esas fiestas pueblerinas de voladores y gaita y tambor, no. Ha sido una fiesta patriótica, donde se manifestó la verdadera raigambre del sentimiento nacional y la de católica de un pueblo que supo arrojar el lastre del marxismo….«

Juan Rodríguez Huerta, gaitero de La Torre (Teverga)
Ese tipo de actitudes no sólo queda reflejada en la prensa, también está escrita en los recuerdos de los gaiteros de la época. Juan Rodríguez Huerta, gaitero de La Torre (Teverga), recordaba como en aquellos años 60 y 70 había gente que se apartaba de él cuando iba a tocar las romerías.
Superando Etapas
Las dificultades están para ser superadas y, eso es lo que creo, que al final conseguimos y estamos consiguiendo con la Gaita Asturiana día a día. Alberto Fernández Velasco decía en una entrevista a La Voz de Asturias que «en los años 70 los gaiteros escaseaban, y casi todos, de avanzada edad. Tocaban gaitas de poca variedad tonal, de artesanos ya fallecidos o bastante mayores para continuar el oficio«.
Esa realidad permitió al propio Alberto buscar una mejora del instrumento, al Conceyu de Gaiteros a finales de los años 80 buscar una línea de trabajo común, a poder disfrutar del «boom de la gaita» a finales de los años 90,…. etc.

Conceyu de Gaiteros Asturianos. Marzo de 1990
A día de hoy hemos conseguido muchas metas:
- Grado Profesional de Gaita en el Conservatorio
- Grado Superior de Gaita en el Conservatorio
- Un modelo de Gaita Cromática
- Multitud de Escuelas Tradicionales a lo largo de Asturias
- Proyectos musicales con grandes gaiteros
Pero las adversidades siguen apareciendo, en concreto para mí como Maestro de Gaita. Este curso 2019-2020 conseguimos un pequeño record de alumnos en las Escuelas de Proaza y Teverga con más de 20 alumnos en dos concejos donde la «España Vaciada» se hace notar con fuerza.
Gaita en Confinamiento
Llega la crisis del COVID-19, todo el esfuerzo de estos años parado por el confinamiento. Ante los retos se necesita actitud, por eso implementamos la Plataforma Sobia para poder continuar las clases de forma online con nuestros alumnos.
Pero aún consiguiendo metas tengo la sensación del «fantasma del olvido» que de repente, haya un par de generaciones que encuentren a la Gaita Asturiana como algo viejo que no sea digno de tocar. Esta viñeta de Alfonso expresa perfectamente esta sensación de Gaitero Triste de los años 60-70:

Gaitero triste sin sitio en la Romería (Alfonso, 1960)
La historia de la Gaita nos cuenta que ese miedo siempre ha existido pero que, a pesar de todo, el el tiempo no ha conseguido enterrar a este ancestral instrumento. Por eso, debemos seguir trabajando día a día para que sigamos escuchando el sonido de nuestros punteros.
En mi opinión, la Gaita siempre fue digna en su entorno natural, cubría unas necesidades en la gente de los pueblos e hizo muy feliz a muchas generaciones del ámbito rural. En el nuevo entorno estamos manteniendo nuestro sitio y creciendo hacia los nuevos horizontes que nos marcamos los gaiteros que «tiramos del fuelle».
Espero que os haya parecido interesante esta entrada, en ella resumo un tira y afloja que nos encontramos los gaiteros con determinadas actitudes y mentalidades, pero sólo trabajando seguiremos marcando nuestro camino.
¡Nos vemos en el siguiente post!